FUNCIONAMIENTO DE UN ACONDICIONADOR DE AIRE
En un sistema típico de acondicionador de aire.
El compresor recibe el refrigerante, en forma de vapor caliente, mediante una válvula de admisión y lo comprime en el tubo de manera que ocupe un volumen lo más reducido posible.
Ahora, el vapor comprimido entra en el lado alto del sistema, donde circula en primer lugar por el condensador. El ventilador del condensador, accionado por un motor aplica una corriente de aire procedente del exterior sobre el condensador.
Durante la conducción, el vapor comprimido y caliente cede su calor mediante las paredes del tubo del condensador y de las aletas de refrigeración. A su vez, las aletas céden este calor al aire circundante por convección. El aire calentado se impulsa cara la parte externa del recinto con una temperatura mayor que cuando lo absorbió el acondicionador.
El refrigerante, al perder una gran parte de su calor, pasa de vapor a líquido y circula por la cañería de líquido. A fin de que pueda sostener su presión, se separa del evaporador a través de un tubo pilífero llamado reductor.
Este cilindro separa el lado alto del lado bajo del sistema siempre y cuando el compresor esté funcionando. Cuando el torno se para, el reductor iguala las presiones entre el lado alto y el bajo.
De esta forma, cuando el compresor se pone en marcha nuevamente, la presión se eleva gradualmente y permite una puesta en marcha más suave.
Después de salir del tubo reductor, el líquido refrigerante entra en el evaporador, en el lado bajo del sistema. Aquí su presión se reduce súbitamente.
Tal como se ha mentado previamente, la presión y la temperatura están directamente relacionadas entre si. Cuando la presión se hace menor, las moléculas del refrigerante tienen que recorrer mayores distancias y precisan mayor energía. Esta energía la “roban”, en forma de calor, del aire que rodea al evaporador.
De este modo, el refrigerante empieza a hervir, pasando nuevamente de líquido a vapor.
Como ya se ha indicado, cualquier cambio de estado va acompañado de calor latente, en este caso calor latente de evaporación.
Un cuerpo que experimenta un cambio de estado absorbe calor latente sin que varíe su temperatura. Por tanto, los vapores en expansión puede absorber muchas calorías antes de que su temperatura cambie. Al circular por el evaporador, el vapor absorbe el calor latente.
De forma rápida se transforma en sobrecalentado, es decir, más caliente que la temperatura requerida para pasar de líquido a vapor. La cantidad de vapor sobrecalentado que puede contener el evaporador en esmeradamente controlada en todo momento en el proyecto del sistema, en la manera que se va a explicar pero adelante.
Al tiempo, el ventilador evaporador toma aire de la habitación o del recinto que se acondiciona y lo fuerza a circular sobre la superficie del evaporador.
Este aire, más caliente que la superficie del evaporador, cede su calor a las aletas del evaporador por convección. Estas aletas ceden su calor, por conducción, al vapor refrigerante pobre en energía que circula por el evaporador.
Tras pasar por encima del evaporador, el aire ahora enfriado se restituye a la habitación.
Al salir del evaporador, el vapor sobrecalentado entra en la tubería o línea de aspiración. Desde aquí es alimentado de manera directa al compresor para empezar el ciclo de nuevo.
En términos sencillos, éste es un ciclo refrigerante típico. La circulación del refrigerante, a una velocidad bastante grande, va reduciendo gradualmente la temperatura de un determinado espacio cerrado o habitación.
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